Saturday, September 16, 2006

Fusca Thunder. "capitulo 1"

Capitulo 1

Era una noche cálida, de esas que se ve todo el cielo, manifiestamente clara, y de denso aire plomizo; éramos cinco amigos, en un auto Beetle, corriendo sin rumbo, hacia la infinidad de la recta de una ruta sin curvas, siguiendo totalmente paralelo, entre una línea blanca y otra amarilla. No sabíamos que rumbo tomábamos, pero el fin era escapar, escapar de una ciudad monótona, apática; donde la gente ya no nos seguía el rumbo de nuestras convicciones, la de la forma de llevar la vida a cabo.

Creo que llevábamos la claridad de tener movimiento, de llevarnos a alguna parte, que no fuera morir otro fin de semana en la ciudad. Ya estar en el auto era positivo, movimiento por puro movimiento, hacia el este, hacia un nuevo punto de encuentro para todos nosotros, para el regocijo de nuestros espíritus, que, cansados de llevar la cotidianeidad espesa citadina, necesitábamos un descanso espiritual, para seguir llevando a cabo nuestras vidas en la city.

No era escapar, no, era más bien no salir otro viernes a el bendito mismo bar de siempre, y cambiarlo por un pequeño viaje de fin de semana, hacia algún bar ajeno a nuestra rutina sabatina; ya por lo pronto estar en la ruta estaba muy bien, mejor por lo menos; yo me encontraba contento, excitado, atento, como cada vez que hago ruta, pues, amo la ruta, amo perderme en ella, mirando las líneas que siempre te acompañan, mirando al horizonte, sabiendo que estoy haciendo las cosas bien, pues moverse es hacerlo bien, es producente, aliviante, en fin me gusta.

Éramos en el coche los siguientes, al volante, Neri el más grande de todos, no por mucho, pero si lo suficiente para ser el psicólogo del grupo, la voz que te escuchaba cuando lo necesitabas; ya que no hay mucha gente que escuche mucho, con un look Mod por decirlo de alguna forma que realmente lo hace más joven de lo que es; un amante de la vida realmente, una persona que mucho me identifica por esa manera que todo hace, y en mucho se me parece, además un gran conductor incansable, nunca vi conducir de esa manera tanto tiempo; al lado, de acompañante, iba yo, que aunque más joven que ahora, me veía casi igual, jopo, jeans, camisa negra, un paquete de cigarros, un montón de dinero amontonado como pelota en un bolsillo, viento en la cara, y los ojos brillantes de presentir que se venía algo bueno; algo que quizás cambiaría nuestras vidas para siempre, y ese el brillo en los ojos de la esperanza que aún llevo conmigo, porque, no lo sé, pero solamente lo sé, tengo esperanza en el hombre.

En el asiento de atrás, de izquierda a derecha, el monedas, y no le decían el monedas por llevar consigo siempre dinero, no, solo porque no se sabía como las conseguía; prácticamente un plancha en casi todo el sentido de la palabra, irreverente, osado en cierto sentido, pero no por valor sino a veces por inconciencia o por falta de algunos valores sociales preponderantes, un gran amigo de la infancia, que también me sabía escuchar, y que sabíamos reírnos de las mismas cosas, que alguna gente no entiende muchas veces; reímos a carcajadas con cosas que a veces no podes reír con nadie más, pero seguro el monedas era un gran ingrediente para el viaje; luego a su derecha Sebastián un amigo porteño nuestro, que en muchas cosas es como nosotros, era el segundo más viejo, pero aparentaba más años que Neri por su aire de tranquilidad, de su forma de hablar pausada, serena, en cierta forma un sabio, un erudito, podías preguntarle lo que sea y tenía alguna respuesta ingeniosa, además de ser la persona más centrada en ese auto; y en el otro extremo del asiento trasero verónica, una amiga mía que solo a mi me conocía, pero pronto conocería a todos, pues no le era muy difícil la convivencia, pues era la mujer más desenvuelta que he visto en mi vida, en segundos tenía amigos en cualquier lugar, hablaba como un chorro, pero te hacía reír mucho, en un momento te hacía una representación, y en otro te organizaba un juego en el auto en momentos de aburrimiento; una persona muy extrovertida, más que yo puede ser, pero compartimos eso en la mirada, ese brillo del que hablaba hoy, y podíamos hablar horas de temas muy bizarros o siniestros, era muy divertido hablar con ella. El equipo estaba formado, y teníamos la esperanza en nuestros pelos al viento y nuestra sangre caliente.

1 comment:

Juanjo Montoliu said...

El equipo ya está formado, y presentado. Las descripciones de las personas son muy buenas, y la historia promete.

Otro ratito un poco más.

Saludos.