Tuesday, January 30, 2007

El viejo verde.

El viejo, el que paraba en las paradas era verde, no por su color exactamente. El paraba en una parada, siempre se lo veía en la misma parada, parado; la de 18 de Julio a la altura de el Banco República y la plaza de los 33. Pasaba horas detenidamente inquieto, sudado y mirón. Se acercaba a cualquier pareja cachonda o simplemente a alguien peleando por ejemplo, cualquier anécdota le servía, pues el no tenía vida, ni se arriesgaba a tenerla; solo había desarrollado una habilidad la de ser un voyer profesional, un mirón de alto calibre y sus preferidas eran las parejitas calentonas.

Un día lo conocí con mi ex novia, esperando un bondi 188, eran tipo 3:00 de la madrugada, noche cálida y húmeda, no pasaban mucho el servicio de trasporte citadino a esa hora, entonces esperamos; cuando veo al sujeto fisgoneando, metiendo la nariz en asuntos ajenos, pero podría ser una sensación mía, una paranoia momentánea. Pero seguía mirando, hasta Caro se dio cuenta, entonces comencé a mirarlo fuertemente. “Si el mira yo también puedo”-dije y lo miraba fijo por un rato, entonces sacaba la mirada un ratito. Nos movíamos un toque para tener un poco de intimidad, le perdía la vista por un rato, miro por la espalda de ella y estaba en nuestras espaldas mirando fijamente, a dos pasos, con cara de loco, alimentando su sadismo y su masturbación a posteriori, porque lo que el hacía era guardar información, como fotos o pequeñas imágenes en movimiento, que, luego usaría en sus largas masturbaciones en un collage de imágenes juntadas durante todo el día de espionaje. Unos días después lo vi en la misma parada, haciendo lo mismo que con nosotros, husmeaba. Entonces comencé a espiarlo en los días siguientes, si pasaba por ahí miraba a ver si estaba y ver en que andaba, y a veces lo veía con las manos en la masa y otras con la vista perdida en la nada. Una vez hice parar a un amigo en auto un rato en la vereda en frente para entrometerme un poco, ver que hacía, la curiosidad esta vez era mía; y en un momento hay una pareja besándose descontroladamente en la parada y el vichador se acercó a la chica por detrás mientras se besaban y le huele el pelo a la chica, solo unos segundos deleitándose con el aroma, fue una imagen que todavía persiste en mi retina.

En un momento pasó el furor de el voyer y dejé de mirar a ver si estaba, seguramente lo olvidaba, a los meses pasé, lo recordé, miré y no estaba, hice un par de cálculos y lo veía muerto de varias formas, metido preso por violador o por exponer su miembros en vivo, pero nunca supe más nada de el ni lo he visto, solo puras historias de diferentes personas en una misma parada de autobús.