Monday, May 01, 2006

La felpa reina.

El amanecer, el ocaso, acaso no son en fin la misma cosa, la vida , la muerte, el azar y el lugar que nos deja en el mundo.
Ahora sabremos cumplir con nuestro cometido en la TIERRA, la sangre nos lleva por dondde debemos pararnos, ampliar nuestras espectativas, porque para cosas grandes estamos hechos, y sabremos hablar como reyes.Porque de la realeza salen los cambios, cambios dentro de nosotros, que hay como incubando, el grito de los dioses, la palabra en llamas, el estigma del rayo en cada una de nuestras acciones.
No escucharán la plebe estas palabras, por ser incomprensibels para sus dialectos de mediocridad mesurada.
Explotan en llamaradas de color azul plateado, explotan en elixires saboreados por los dioses, aromas de hiervas secas, para los paladares de la arisocracia que se adviene.
La deliciosa forma de saborear la vida eterna, de saborear lo que unos no saben deleitarse, de los que no saben el verdadero sentido de la carne, el sexo, la música. Porque la música es la vida y la vida es música, los colores son notas, la frecuencia está en el aire, solo ahí, y hay que tener la sensibilidad exacta para detectarlos, solo la gente sensible sabrá detectar la frecuencia máxima, la del orgasmo eterno, y solo ellos sabrán llegar al orgasmo eterno, a la cúspide de las sensaciones, a la reina de la sensibilidad extrasensorial.
Saboreen la vida! esto es lo último de sus vidas, el apogeo de las inhibiciones sucumbirá ante la majestuocidad de la vida como arte, de la vida como eterno cambio, lo que sustenta mi vida es el gran mi mismo-no yo mismo, que se expande y crece como un globo. Eso, es que estoy tan vivo. Y vivo en una tumba llena de rosas rojas, vivo en un ataúd de sedas chinas exóticas.

Eso, la felpa reina!

No tengo palabras para decir lo que estoy sintiendo, porque lloro y porque bailo. Porque sentí lo que sentí, porque me obligué a exaltar la vida, a sentir de manera absurda y extralimitada, arrojandome al vacío solo para saber lo que es volar. Es lo que alimenta mi yo. Lo único que sé es que volé muy alto esta vez, y agradezco compañeros de viaje, que ellos son los únicos que saben porque digo lo que digo y hago lo que hago. Gracias a todos los que han participado en mi vida-viaje, los que saben como hemos vivido la vida. No a los mediocres que no se la han jugado en vida
y menos en muerte. A los que la vida los extralimita y los invade, entonces dejan la tierra y el cuerpo, para ahondar en el éter e iluminar las sombras, somos la luz de la vida, porque emanamos del fuego y tenemos la certeza final, la vida se nos da como queremos.

La felpa reina!

1 comment:

Ann said...

muy buen texto...liberador