De veraneo pasábamos muy bien con mis amigos, como nos
reíamos y dábamos vueltas. Estábamos en una especie de club que teníamos, el cual era como un club de deportes y semi
boliche.
Además tenía una especie de casa-cabaña, que visitaba a
manera de flashes cada tanto, estaba ahí mi perro “cusquito” que era una suerte
de “perro” , el cual estaba relleno de calabacín en trozos y zanahoria rallada,
todo esto salteado, pues se le veía la pansa, abierta, cubierto por una delgada
capa de piel chorizo transparente.
Mientras volviendo al club con mis amigos, viene mi padre
muy enojado por unas notas que aparentemente yo ocultaba, o sea una suerte de
diario íntimo escrito en boletas de supermercado, diciendo como podía decir tantas barbaridades
ahí, (yo pensaba que no era para tanto) pero se ve que sí. Llegando pero no sé
a dónde, aparece mi madre, ardida en iré, corriendo y llorando hacia mí, y me
tira una patada ninja la cual tapo con las manos y brazos, entonces cae al suelo, yo no
hablaba, solo pensaba (si supieran como los quiero), en eso, en una especie de campamento,
como los que hacíamos de chicos con ellos, nos disponemos a ir hacia una casa
que hicieron en la playa, a pasar año nuevo. Mientras hablaba papá de cuando
hicieron la casa, lo solo que se sentía ahí, la falta de vecinos y otras cosas
que acompañaban la soledad, a esto encontró un gatito que lo ayudó en la
soledad de esos momentos.
En un momento en la nueva casa, sin saber cómo era o como habíamos
llegado, estaba con mi pero compañero de sueño “Cusquito”, que bueno era, lo
abracé mucho, intensamente, en eso me di cuenta que su abertura rellena de calabacín
y zanahoria rallada podría ser un problema para su salud, entonces me dispuse a limpiarle la herida, sacándole soplando los
sobrantes de zanahoria que molestarían la salud de Cusquito, le saqué casi todo
y dispongo a cerrarle la abertura de piel chorizo transparente con la mano,
ahora Cusquito tenía cara, era como de persona, con barba medio Jipi, me miró
tan tiernamente y agradecido Cusquito perro persona, con una paz penetrante, supe que su abdomen abierto de par en par estaría
bien, y nos abrazamos tan fuerte y tierno como nunca, fue un abrazo increíble,
en eso desperté y no pude creerlo, pobre Cusquito, lloré entonces por él, una tristeza
lastimosa se apoderó de mi esa mañana, y
me decía “cusquitooo” llorando, pobre Cusquito amigo imaginario, lo quise
mucho, ya no estarás más conmigo, fue una amistad y amor efímeros.
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