Thursday, December 14, 2006

Marco, Martina y la carne.

Hubo una suerte de atracción funesta entre dos personas, de una vehemencia tal que cambio el rumbo de estas dos personas. Marco y Martina.

Ellos se conocieron unos años atrás, no importa mucho los detalles como y cuando, solo me voy a lo vital de esta relación en lo que quiero contar; se conocieron mediante sus ex novios respectivos: el Marco era amigo del novio de ella, Martina, en ese momento. Marco y su amigo Fede se conocían de toda la vida y eran prácticamente iguales en el sentido de que eran de personalidades fuertes, extrovertidos, divertidos pues tenían el mismo humor y se reían de las mismas cosas, les gustaba la misma música y todo pero la diferencia es que Marco era un hombre imponente; su voz te hipnotizaba, su mirada daba miedo pues Marco era una tormenta por dentro desde como hablaba o se reía hasta cuando se callaba… era como el silencio después del trueno y a su vez como el reposo sereno de Buda. En cuanto a Martina era muy parecida a ellos dos porque Martina con Fede más que novios eran amigos se llevaban muy bien, en cuanto al humor la forma de ser, tatatarata, pero cuando Martina conoció a Marco se llevaron bien a la primera mirada, en un szasz! Ya estaban hablando y si….los dos pibes eran iguales. Por este lado este trío amiguístico y por otro la novia de Marco, Lucía que no le caía bien Fede y menos Martina que se llevaba tan bien con su novio. En fin lucia no entraba en ese circulo amigado, era radicalmente opuesta a todos y por sobre todo a Marco, que no sabía que hacía con el, y menos últimamente que Marco notaba todo eso más que nunca y un poco le estaba cansando. A veces salían solos los tres porque “ella se aburría”.

Al principio entre Marco y Martina solo había buena onda y ni se miraban y, lentamente, ella comenzó a embriagarse de Marco, el la sedujo al ritmo de un buen vino, macerando la seducción, la atracción entre ambos; solo falto que ella lo hiciera notar para que el comenzara en el juego, el juego de las miradas prohibidas. No era difícil tampoco sentirse atraído por ella, era una chica hermosa, inteligente y desenfrenada, carismática y poco guardada. No guardaba nada, lo que había que sacar lo sacaba.

Poco a poco lo fue carcomiendo la cuestión a Marco, desde que comenzó a mirarla solo fue cuestión de tiempo para que comenzara a enloquecerlo esta chica. Su novia era muy bonita también pero no le daba nada de eso que el quería, alguien que comprendiera sus cosas más profundas y poco a poco, poco a poco fue perdiendo interés en Lucía.

Llegó a un momento de locura irrefrenable Marco, más por su forma de ser; además por que su amigo era novio da la mina con que el estaba enloqueciendo; pero estaba fuera de si el, inquieto, tenía a Martina en su mente la mayor parte del día, susurraba su nombre “Martinaa..” y le sonaba como un dulce esa palabra y en su boca se hacía agua por la sed que el tenía de Martina. Pensando en ella y masturbándose mientras se bañaba, la visualizaba mientras tenía sexo con Lucía para poder acabar. Una obsesión total tenía Marco por ella, lo estaba arruinando a su yo afectivo y su yo quehacerístico. Pero no era una fijación de “amor loco” sino un algo carnal, algo que sus viseras le obligaban a hacer, a pensar y masturbarse, jaja suena así pero fue tal cual. Su carne lo estremecía de dolor, como un jonquie que necesita su Morfina.

Martina en su realidad lo que le pasaba era un dilema, ella quería mucho a Fede pero estaba sintiendo cosas por otro que no sentía hace mucho por alguien y eso la confundía demasiado; no quería dañar a nadie, entonces trató de no pensar más en Marco pero le fue imposible, mientras más se lo quería sacar más lo tenía en mente. Ese hombre la podía, esa intensidad de Marco, ese mirar, vivir, hablar, mover, le hacía imaginar que abrazarlo sería una sensación de otro mundo y que tener sexo con el sería algo sumamente intenso como el.





El tiempo fue pasando, ellos trataron de olvidar sus pasiones. No podían seguir así. Franco intentaba-tratando de seguir la felicidad ociosa con su novia; pero ya se sentía tan lejos de Lucia, su novia, que mucho no le incentivaba la relación, entonces en cada bache emocional con su novia llegaba a su mente Martina.
Por el otro lado Martina lo quería mucho a Fede, ella había vivido muchas cosas con el, muchos recuerdos lindos, etc; pero era más bien una lucha, una fuerza que tenía que aplicar para seguir con la relación. O sea no era de una forma natural que estaba con el como: “hago lo que hago porque estoy bien haciéndolo” sino algo un poco forzado. Marco se le venía a su mente como una mosca que siempre vuelve; era esa tortura incesante, y su cuerpo le pedía Marco a pesar de su lucha mental para contra restar eso.

Una noche Fede invita a su casa a la pareja de su amigo y su amigo ( Marco y lucia) una especie de cena de parejas. Marco se fue solo a la reunión porque Lucia no quería ir (le dolía la cabeza); cayó, estaba la parejita ahí tomando algo, el saluda a ambos.

En un rato estaban todos borrachos, ya habían degustado la carne medio ebrios. Reían entre los tres de recuerdos chotos. Te acordas! Jajaja, algo así y mientras todos reían comenzaban las miraditas entre Marco y Martina; ella abrazaba a su novio y lo miraba por sobre el hombro a Marco, mientras besaba a Fede incluso; era algo medio explicito ya, y a el lo retorcía de una perversión secreta que ella hiciera eso, era una mirada solo para ellos, como un pequeño secreto un poco morboso; que, todavía, más leña echaba al fuego pasional, a la locura oculta. Al ser humano lo prohibido le pierde, le hace quebrar la regla, que es una sensación afrodisíaca, más que cualquier otra, “Lo que no se puede”, el pasto más suave es el que dice “prohibido pisar el césped”. Las cercas se hicieron para saltarlas y las leyes para quebrarlas; el ser humano más profundo no tiene cercas y su jardín es el mundo entero.

A ellos la adrenalina de las miradillas los mantenía despiertos, mientras Fede se estaba mareando mucho y todo le daba vueltas. Y dice- voy al baño- y comienza a vomitar como una canilla abierta al máximo de su capacidad. Martina lo acompaña al baño, lo ayuda y lo mete en la cama porque el le pide. Entonces Marco queda reflexivo, tomando algo más, pone algo de música rock n’ roll y se pone a bailar solo, bueno prefiere eso a pensar. En eso cae Martina lo toma del brazo y se ponen a bailar. Bailaban alegremente, entre risitas, tipo twist; pero al ratito en continuación comienzan a bailar un poco más cerca, luego demasiado cerca, se comienzan a abrazar, ella le pone la boca en el cuello y le da besitos ahí mismo. Sus respectivas respiraciones aceleran, sus palpitaciones también, no hay nada ya que detenga la pasión desenfrenada. Cuando sus caras se cruzan sus labios se chocan como una piedra que es atraída a la tierra por la gravedad. Por una atracción inexplicables entre dos cuerpos celestes. De ahí a una noche carnal, de deseo de la carne, de saciar esa sed acumulada por meses de incubación, que, una vez desatada, no había forma de pararla hasta saciarla del todo definitivamente.
La noche terminó, pasó lo que tenía que pasar, Martina dormía y Marco decidió irse, no podía quedarse ahí.

Al otro día cada uno dejó sus respectivos novios así, de sopetón. Ninguno de los dos se llamó ni vio por un buen tiempo al otro, ambos necesitaban pensar solos lo que había pasado, limpiar su conciencia, no se, quizás ver que querían hacer de sus vidas. Por ahora sus vidas habían hecho un switch; no querían saber nada de parejas por el momento y dedicarse a ellos mismos. Eso era un gran cambio desde que hace tiempo que pensaban en otra persona. Pero el gusto por sus olores entre Marco y Martina no había sido olvidado, ni tampoco saciado y ambos lo sabían, lo que ambos habían sentido esa noche no lo habían sentido nunca con nada ni nadie, y eso, no se olvida de la noche a la mañana.

6 comments:

Trini Reina said...

Pues espero que fueran siempre felices marco y Martina.

Gracias por tu visita y comentario en mi blog
Saludos

Juanjo Montoliu said...

Supono que continuará. No nos dejes con las ganas de saber cómo se reencuentran Marco y Martina y cómo hacen lo propio la otra pareja, que tan poco parecen tener en común.

Saludos.

Ernest said...

No leo post tan largos, pero el tuyo me atrapo

ex-gatopedrense said...

mas tarde paso a leerlo.. muy largo para estas horas de la madrugada

www.somosalma.com said...

Odio que la gente diga "muy largo post"....pffff que leen acaso columnitas todo el dia, una pagina del libro por dia???
Y eso que es uno de los post mas cortos...je
Espero que empieces con una blogonovela, me gustaria saber que pasará con la historia de Marco y Martina

nana said...

"Al ser humano lo prohibido le pierde"
Si... algo que se tiene seguro no tiene gracia, ya está conseguido, ya lo tienes ahí.. quizás ni siquiera haya costado esfuerzo conseguirlo

pero lo prohibido, lo que se quiere pero no, eso ya es otra cosa... es deseo puro, es como decir "quiero probar la piel del otro, pero no puedo (pero me muero por hacerlo!)"

espero ver como sigue la historia, es deliciosa ;)

besos!