El día y la noche del alma, el día es lumínico,
es la
creación in situ, la energía de mil soles dentro;
aunque hay algo de dolor
intenso de vivir,
cuando se viene la noche de alma,
cuando aguas negras,
sumamente oscuras y violentas,
golpean las escolleras montevideanas,
como
aguijones escurridizos,
algo siniestro se mueve incoloro y te asecha.
Susurra
maldiciones a tu oído con fuertes raíces en la tierra,
montado en sudestadas
pardas,
viene de un sudeste suplicio,
de un dolor profundo que late en cielo y
tierra,
viene, se acerca, susurra en voz grave y se aleja,
entre la niebla, ya es hora salga el
sol.