Wednesday, September 05, 2007

Más arriba, si?


Necesitamos realmente tener a alguien debajo o a alguien arriba nuestro? Necesitamos la tragedia y el drama? Vivir en una historia ilusoria, de colores y reflejos que nos intensifican la vista, pero parecen segarnos luego y cuando cerras los ojos ves una luz, que es el residuo de la misma, aunque no está y luego se desvanece, es totalmente superfluo. Es el aire que infla un globo y parece más grande, pero no pesa nada, no hay sustancia. Todo el mundo nos vende una cajita de zapatos, que es lo que queremos comprar y sentir, pero todo siempre es más complejo de lo que parece. ¿Por qué todo el mundo tiene tendencia a asegurar lo suyo? ¿defender sus cosas? Estamos a la defensiva sin saberlo, no confiamos ni en nosotros ni en nadie. Mi tendencia es a abrirme, dejarme sentir todo lo más que pueda, quiero más si, dame más, ya no quiero cuerpo ni ego, ni todo lo que se disponga de origen humano, quiero gozarme, gozarte y menear, ser uno con todo y ser el extasy. Hoy lloré por la fantasía de ver la vida arrojando un último rayo de luz como un suspiro eterno, me lleno las venas y se transformó en sudor y lágrimas, de un llanto alegre, que llenó mi alma de ríos de sensaciones indescriptibles. Temí por mi vida sin llegar al sumum, sin llegar a la copa del árbol; estoy a tan poco, solo levántate mi amor y déjame llevarte conmigo, que esto solo es, el comienzo de un gran viaje sin conductor.
Ya no tengo ego, lo he matado, porque el ego es de un tipo de conciencia más primitivo, y cambio eso por una conciencia más elevada, que vaya con mis aspiraciones, con lo que quiero. Por eso digo lo que siento, sin temor por ser menos o más, pues mi idea de relaciones humanas es como dos ingredientes que hacen un nuevo químico, es como el color que se relaciona con otro siempre, es una cosa fluctuante, de ida y vuelta, que me gusta cuando no sabes donde termina el otro y empieza uno; siempre sabiendo que estamos solos y eres el copo de nieve en toda la nevada, único y partícipe de algo más elevado. Me gusta dejarme amar, porque me deja volar pero sabiendo que tengo los pies en la tierra y que puedo estar dado a algo maravilloso, a una persona igual a uno. Yo estoy tranquilo, se que lo he vivido intensamente, que he amado, he sufrido, he latido fuertemente y puedo morir tranquilo. Pero no sin hacerlo antes, y tocar el cielo contigo como lo he hecho solo. Que seas el primer en conocerme y quizás el único, el que sea mi compañera de viaje, mi cosmonauta preferida; pues yo ya estoy entregado a la merced de algo más importante, el disolverme en emociones líquidas. Las cartas están y estamos tirados al azar, en mi la llama crece y se alimenta mi espíritu hambriento de estrellas, se enciende y crece, no tengo pasado ni futuro, soy la energía que siempre fue y será; seremos la gran llama que hará parecer al sol una bombilla.