Monday, August 20, 2007

SABU

Sabu, el porque de Sabu en su nombre del disco; el disco de Santacruz que tanto ha alegrado los últimos días de mi existencia. Alegre, alegre por ver algo que trabajamos mucho tiempo antes para verlo hecho corpóreo, físicamente real. Algo que no imaginaba en su final, en lo que sería como hecho artístico en todas sus extensiones de la palabra. En la previa no vislumbraba lo que culminaría y mientras se gravaba se veía como se amoldaba la masa, sustancia sonora espacial, físicamente palpable. El porque de todo trabajo mismo.
Sabu como una entidad no física que los cuatro integramos en cierto momento, el ser que se manifiesta como medio entre cuatro individuos y la naturaleza; como un ser que los cuatro alimentamos y a los cuatro nos guía, ya no somos nosotros, ya no somos el… pero se apodera de nosotros el poder absoluto de la tierra al cual solo obedecemos, la magia perdida de la tierra renace y entonces nos damos cuenta que el mundo está lleno de espíritus, las raíces te toman y solo ves las venas de la vida, como todo late, sulfura, espira y expira; sabe que es grande y nos agradece, por estar compartiendo todo esto con todos ellos, y que seamos las esporas de ese ideal sanguíneo, el mensaje de que la vida es nueva y hay mucho por explorarla. Eso por un lado, en un sentido dionisiaco del arte. Dionisiaco en el sentido de perder la individualidad y conformar el todo. Más, cuando uno la ejecuta.
Cuando uno está componiendo, por ejemplo, saca al exterior un mundo interior, uno de inmensa belleza y otro, que puede ser un sentimiento de un dolor profundo, o un buen momento de alegría que puede ser transportado a cualquier sentimiento parecido. Esto es más en el sentido apolíneo de el arte, el mundo profundo de los sueños, el onírico, donde los sueños que dicen la verdad, se manifiesta en el transcurso del arte. Hay un clima, algo que nos rememora algo perdido, o un lugar, en fin infinidad de cosas e imágenes, un mundo más extenso incluso que el real, enorme! La lírica en la música entra en este mundo aunque por eso las palabras no pueden siquiera rozarla; pueden describir una de estas imágenes o emociones, que está bien en ese sentido, pero sabemos que la música encierra ese sentido descrito e infinitos más, es más amplia en todo sentido de lo que es arte y música. Aunque en lo apolíneo, también el dios Apolo nos puede llevar a las más altas simas. Hay que llevar a esta civilización a un punto más alto del espíritu, más arriba! Que mucho más, encima de sus techos, hay hacia el horizonte.

Thursday, August 02, 2007

Somos la barca y somos el mar, embravecido...


A donde nos lleva todo esto? Que es lo que nos impulsa a seguir alimentando la máquina con nuestras almas? Todo el progreso estoico justificado por publicidades abarrotadas en las calles, los bondis, la TV, revistas, magazines, suplementos, barcos, aviones y aeropuertos. Hay que llegar al éxito! Hay que triunfar! Pisotear cabezas, chupar medias y huevos; acrecentar el ego y olvidar el espíritu. Pues la tierra ha olvidado a su hijo perdido, el hombre. Que lo recuerda en las fiestas dionisíacas y en el arte dionisíaco. También en la experiencia onírica del dios Apolo; el dios vaticinador, la divinidad de la luz; que demuestra la bella apariencia del mundo interno de la fantasía. La fantasía trágica.

El arte no es más que la interpretación de nuestros sueños que dicen la verdad. En la hermosa apariencia de los mundos oníricos cada hombre es un artista completo. Entonces todos los hombres y cosas se nos presentan como imágenes oníricas de ensueño, de un mundo traslúcido.

Como sobre el mar embravecido, que, ilimitado el mar nos levanta en montañas de olas, entonces, el hombre, parado en una pequeña barca descubre su mera individualidad.

Descubriendo el poder y la belleza de la naturaleza nos sumergimos en ella, llevando nuestras raíces al centro de la tierra, así, nos olvidamos de nosotros mismos, no somos algo; en eso nos embriaga un estado de amor absoluto que emerge del centro de la vida misma y volvemos siempre al comienzo de la misma, a un punto sumergido en la energía de ese mar embravecido, y ya no somos la barca, no, somos la potencia en su aliento máximo. En si, de esa forma, somos la vida y podemos llevar a delante el mundo cotidiano humano, somos el todo!; donde no hay reflejo y humanidad, solo una luz y una belleza inconmensurable, nuestro arte va dirigido a eso y no a una elite intelectual ignorante de esta realidad dionisíaca; solo a nosotros que somos el reflejo de la vida misma. Y a la energía misma, que, es por ella y solo por ella existente.



P.D: Lo que el texto dice, no tiene nada que ver con lo que hacemos en el mundo diario, sino que en si hay que encararla a la cotidianidad. O sea, lo que dige es cierto en el texto, solo que no quiero confuciones.