Tuesday, June 12, 2007

Alabado..la nada suena..

Nada suena, en la niebla espesa, en el denso aire brumoso el sonido recorre mucho más lento el éter. Todo se mueve de forma lentecida y parece ser la humedad un muro, un mar, una coraza de la noche. Baila y baja lentamente nena, se una gata esta noche para que juegues con mis sombras. Si! Produciré un sonido tan grave y bajo que te hará vibrar el esqueleto y el cuerpo, quince hertzios, trece, doce, diez hertzios, y sigue bajando. Bajará hasta ser un sonido salido desde un agujero negro y agite la sangre que nos envuelve. Ocho, siete, seis hertzios, el submarino sigue bajando y el avión sigue subiendo, nuestra presión arterial tapa nuestros oídos y nos embulle en un sacrificio de carne rosada. Cinco, cuatro, tres Hz! El peligro es inminente, las pieles tiemblan de miedo y quieren salir despegadas del cuerpo a 100 quilómetros por hora. Dos, un Hz….

….Espacio, silencio…

…Ya no hay nada, no hay cuerpo, no hay ayer, ahora ni mañana…

…No siento un yo, ni individualidad; soy una cosa-partícula en el aire, solo me muevo, me dilato, me contraigo, efímero y volátil pero siento un recorrer dentro, una alegría y paz celestial; soy mi astro en su cenit, mi rumbo en mi mismo, entonces no se donde estoy ni me importa. Y aunque la luna que duerme, ya no baila conmigo esta noche.

Descansa luna, descansa de mi, de todas esas noches que me has dado, las veces que he visto a tu cara sonriente. De tu eterna comprensión en las noches duras y en las grandes fiestas de luna llena. Pues llena de ti estoy, de esa luz blanca azulada deambulando por y dentro mío, gracias y alabada seas!!!

Thursday, June 07, 2007

Notas de la estepa de la mente

La primera nota suena, es el preludio de lo que dará más adelante en los cuerpos de los interpretes. La primera nota ha salido desde el primer navegante solitario, los otros jinetes del mar lo siguen, acoplándose perfectamente, y una nota sigue a la otra en perfecta armonía, pero una nota habla a la otra, no como una nota tirada al azar, no , sino en una conversación celestial de los cuerpos.

Queda en el socorro el silencio seco.

Las estepas de la mente afloran por nuestro acercamiento a esas zonas inhóspitas de la mente.
Eso! Cuando toco música siento un total despliegue de mi cuerpo y mente. Siento que me abren como un cordero a la cruz y le muestran mis órganos y partes a todo el mundo; y yo viendo como me tocan el páncreas sin permiso, lo miran, lo tocan, lo saborean y me gusta, es como una caricia. Observo, veo las conexiones entre las mentes de los interpretes, mis amigos y socios en este sentimiento. De este pensamiento común que de una mente común sale, hacia todos lados en un solsticio de verano con una energía imparable disecando los cuerpos, diseccionados de cara al sol. Ahí, en ese momento, sin cuerpo, veo a la inmensidad cara a cara.
Mauro Recchi